Es una enfermedad degenerativa de la zona central de la retina denominada mácula y como consecuencia se produce una alteración de la visión central (que es la que utilizamos normalmente para la lectura, escritura…) Se clasifica en 2 tipos:
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DMAE seca: es la forma más frecuente y es lenta y progresiva. No tiene tratamiento, sólo podemos enlentecer su progresión recomendando hábitos de vida saludables y complementando la dieta con suplementos antioxidantes. Son necesarios controles periódicos mediante examen del fondo de ojo y fotografías específicas de la mácula (tomografía de coherencia óptica – OCT-) para detectar cambios a la forma húmeda.
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DMAE húmeda: es la forma más agresiva y se caracteriza por la aparición de nuevos vasos sanguíneos, fluido y sangre en la mácula. El tratamiento es mediante inyecciones intraoculares de fármacos antiangiogénicos de manera periódica, con el objetivo de frenar el sangrado y “secar” la lesión. El seguimiento es mediante tomografías (OCT) de forma muy periódica para valorar respuesta al tratamiento y necesidad de nuevas reinyecciones.